Una caída o una lesión, hipótesis sobre los excursionistas desaparecidos en el Pic de Rulhe
A poco más de medio año de la desaparición de los dos excursionistas catalanes en la cima del Pic de Rulhe, la Gendarmería de Montaña francesa mantiene activo el dispositivo de búsqueda para localizar a Txell Fusté, tras el posible hallazgo de su compañero, Esteve Carbonell.
Tras el hallazgo del que podría ser el cuerpo de Esteve, el foco de la investigación ahora se centra en dilucidar qué ocurrió aquel 7 de diciembre y en proseguir la búsqueda de Txell, todavía sin rastro.
El cadáver hallado ha sido trasladado al Instituto Médico-Légal de Toulouse, donde este miércoles se practicará la autopsia para certificar si en efecto se trata de Esteve Carbonell, de 34 años.
A la espera de esa confirmación, la Gendarmería ha optado por no lanzar una operación extraordinaria enfocada exclusivamente en Txell.
En lugar de ello, se ha decidido reforzar el “dispositivo ordinario” de rastreo: patrullas a pie, vuelos de drones térmicos, y perros entrenados en búsqueda sobre nieve.
El motivo principal para mantener la estrategia unificada es la extensa capa de nieve que cubre aún el terreno, sobre todo por encima de los 2.300 metros, donde podría yacer sepultada Txell bajo varias capas de nieve sin derretirse.
Según explica un oficial de la PGHM (Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña), en declaraciones a TV3, “prefieren actuar de forma metódica, revisando cada palmo donde las corrientes de avalancha pudieron arrastrar el cuerpo de Txell. Cuando tengamos la certeza de que el hallazgo corresponde a Esteve, ajustaremos nuestra área de búsqueda para concentrarnos en los lugares donde pueda estar ella, siempre vigilando el estado del manto nivoso”.
La Gendarmería baraja principalmente dos hipótesis para explicar la desaparición de ambos montañeros:
1. - Caída involuntaria de Txell y descenso de Esteve en busca de ayuda:
En esta hipótesis, se analiza la posibilidad de que, al aproximarse a una pala helada en torno a los 2.400 metros, Txell resbalara y cayera por la ladera norte del Pic de Rulhe.
El frío, la nieve endurecida y un repentino golpe de viento podrían haberla desestabilizado, provocando una caída de varios metros.
Mientras tanto, Esteve habría emprendido el descenso por la ruta de ascenso con la intención de llegar al refugio o a alguna carretera cercana para dar la alarma.
De acuerdo con el parte meteorológico de ese día, se registraron rachas de viento de hasta 80 km/h y placas de hielo en las repisas, condiciones que dificultan tanto el ascenso como un eventual descenso de urgencia sin ser arrastrado por el terreno deslizante.
2. - Lesión de Txell y bajada de Esteve para buscar auxilio
La segunda hipótesis contempla que Txell hubiera sufrido una lesión —como una torcedura de tobillo o un golpe en la pierna— que le impidiera continuar avanzando, quedando inmovilizada.
En ese escenario, Esteve habría descendido para contactar con los servicios de rescate o bien para intentar alcanzar alguno de los refugios de la zona, que por esas fechas ya estaban cerrados.
Con el empeoramiento de las condiciones meteorológicas, sus huellas habrían quedado cubiertas por la nieve recién caída y las ventiscas, borrando cualquier indicio de su recorrido.
Si Txell permaneció tendida en un collado o una sima rocosa, resultaría prácticamente imposible localizarla a simple vista, al menos hasta que el deshielo permita que su cuerpo salga a la superficie.
Ambas hipótesis coinciden en que, desde las 11:30 h del sábado 7 de diciembre, los dispositivos GPS de sus móviles dejaron de emitir señal en torno a los 2.400 metros de altitud. Fue el último punto rastreado con precisión antes de que, minutos más tarde, un frente de nieve y viento cubriera la zona con varios centímetros de nieve fresca.
A la espera de la autopsia
La familia de Esteve, a la espera de la confirmación oficial de la autopsia, ha preferido no hacer valoraciones hasta contar con el informe definitivo.
Por su parte, los parientes de Txell se han mantenido firmes en su petición de no abandonar la búsqueda.
Según fuentes cercanas a la televisión catalana, han organizado turnos de guardia junto al campamento base del Pla de Peyres, compartiendo víveres y mantas térmicas con los guías franceses que ascienden a diario.
Desde el refugio de Chioula, donde ambos durmieron la noche del 6 al 7 de diciembre antes de iniciar la ruta, un grupo de guías independientes ha ofrecido su ayuda. Algunos llevan ya varias jornadas recorriendo itinerarios alternativos que los brigadistas oficiales no pueden cubrir con drones, como cavidades rocosas y simas de hielo.
Incluso han instalado cámaras trampa de alta sensibilidad para detectar cualquier movimiento de animales que pudiera revelar la presencia de restos humanos o equipamiento.
Los Amigos del Montañismo Catalán, colectivo que sostiene la memoria de Txell y Esteve, ha impulsado una campaña de donaciones continuas para sufragar gastos de combustible de helicópteros y drones, así como la contratación de especialistas en georradar subterráneo.
“No podemos dejar que esta investigación se enfríe justo cuando el manto de nieve retrocede. Cada semana que pasa es una oportunidad perdida para encontrar a Txell antes de que la montaña vuelva a cubrirlo todo con nieve en otoño”.
