Un estudio del New York Times analiza cuáles son las mejores zapatillas para correr
Para realizar el estudio, los investigadores han utilizado una muestra que atiende a los siguientes determinantes:
- Calzado descrito como “acolchado receptivo”, es decir, de los que provocan el efecto rebote en la planta del pie. Aunque, se destaca que no está claro que estos dos conceptos, acolchado y receptivo, sean complementarios ya que es probable que la amortiguación adicional, en lugar de proporcionar rebote, lo que haga sea absorber el impacto de la zancada.
- Modelos livianos. De hecho, todo el calzado, deportivo o no, lo es cada vez más.
- Diferencia de grosor entre talón y punta. La media de esta diferencia en este tipo de calzado está entre los 10 mm en la punta y los 12 mm en el talón. Pero, dado que se está “normalizando que los corredores prefieran menos amortiguación en el talón y una suela más plana, el estudio incluye los mayoritarios (10 y 12 mm.) y también los de suela más plana, con caída más baja e incluso sin caída entre talón y punta.
- Precio. Finalmente, se ha tenido en cuenta el precio. La investigación recoge calzado para correr cuyo precio máximo sea de 150€. Se descartaron los de precio superior a este por considerar que dicha inversión va destinada a nicho altamente especializado y el estudio solo pretende aclarar qué es lo que más se valora en la práctica de running amateur o, como máximo, semiprofesional. Por tanto, se han excluido los “ultra” (ultraligeros, ultraamortiguados, ultraestabilizadores...).
- Y un par de aclaraciones: El estudio no ha distinguido entre las versiones de hombre y mujer, ya que, analizadas sus diferencias, solo radican en anchos, largos y colores.
Algunas conclusiones:
- Amortiguación: La capacidad de un zapato para absorber o suavizar el impacto es esencial.
- Efecto rebote: Es importante. Por una parte, porque actúa de impulsor físico. Por otra, porque el efecto sentido por el corredor actúa a su vez de estímulo.
- “El andar” del zapato: Esta característica analizada nos remite a esa frase de “parece que anden solos...”. No es así, claro está, pero sí es muy importante que la zapatilla pase desapercibida, que se integre en el pie “como un guante”. Cuando nos los probamos y comparamos entre unos y otros es bueno preguntarse: “¿Con qué par soy menos consciente de que lo llevo puesto?”. El menos perceptible será el bueno.
- Sensación de suelo: Se da por supuesto que las zapatillas para correr necesitan proteger los pies del suelo. Pero el estudio revela que, a su vez, es primordial que el pie pueda sentir algunas irregularidades bajo él. Si nota ciertas irregularidades pueda lo que en el estudio llaman “microcorregir”, algo que evita, por ejemplo, torceduras de tobillo. Por tanto, se desestima el calzado de suela demasiado gruesa o demasiado “insensible”.
- Soporte de la suela y la parte superior: Una buena zapatilla para correr debe soportar todo el pie del corredor sin constricciones, puntos de presión ni rozaduras. Tampoco debe sentirse demasiado suave o firme bajo los pies.
- Peso: Si bien es básico que pesen poco, el estudio arroja que la noción “pesadez” del calzado es muy subjetiva. Por tanto, volvamos a la pregunta de antes y demos prioridad al más imperceptible.
- Talla: Hay que tener en cuenta que los pies se hinchan mientras corremos. Por ello, es fundamental que optemos por una medida entre media y una talla más que la que utilizamos para ir por la calle. Pero, como la clave es el confort y no todas las personas somos iguales, la orientación de mayor tamaño que el habitual es solo una orientación general. Puede que algún corredor precise un mayor ajuste ya de entrada porque eso es lo que le “inspira” comodidad. Si queremos optar por los consejos generales, a la hora de decidir talla, probémonos el zapato, asegurémonos de que hay una distancia de un pulgar entre el dedo más largo del pie y el final del zapato. También es importante el buen ceñido al talón porque así evitamos que la zapatillas se deslice (abajo y arriba) cuando pisamos.
- Look&feel: El atractivo visual de las zapatillas de correr es más importante para unos que para otros. Aquí sí que cada uno elige según su gusto, aunque en algunos casos puede estar bien tener en cuenta factores como la fluorescencia si queremos usarlos de noche.
Muy importante: saber para qué las queremos
Y, sobre todo, elijamos teniendo claro cuál es nuestro objetivo, qué función tiene que cubrir el calzado. En este sentido, si el objetivo es distancia, pongamos la mayor atención en la amortiguación. Si el reto es velocidad, demos más importancia al peso y la capacidad de respuesta. Por eso, según cuáles sean los usos requeridos, puede que el corredor valga la pena que disponga de más de un par de zapatillas, que le garanticen el mejor resultado en cada momento.