Nepal quiere limpiar el Everest de cadáveres
Empieza la temporada de ascensiones al Everest y, como cada año, centenares de alpinistas se lanzarán a conquistar la cima más alta del planeta, con 8.849 m de altura y sus temperaturas extremas de hasta -60 °C
Y como ocurre cada temporada, algunos de estos escaladores no volverán, fallecerán en la montaña y sus cuerpos se quedarán allí.
De media, entre 5 y 10 personas mueren cada año, pero ese número viene en aumento en la última década, según la base de datos del Himalaya.
Desde el inicio del siglo XX, al menos 322 alpinistas han muerto en el intento de hollar el Everest. La mitad de los cuerpos nunca se han encontrado. Otros han ido apareciendo como resultado del derretimiento de la nieve y el hielo.
Los cuerpos se retiran sólo si es posible realizar las tareas de rescate, algo que, se calcula, es posible en un 1 % de los casos.
Por eso, entre 40 y 50 cadáveres permanecen allí donde murieron e incluso se han convertido en puntos de referencia para los alpinistas en las rutas de ascenso o descenso.
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Ahora, el Ejército de Nepal ha iniciado una campaña con el objetivo de recoger toneladas de basura y al menos cinco cadáveres de la montaña más alta del mundo y en otras dos cumbres.
Los militares pretenden recoger en total diez toneladas de desechos sólidos del Everest (8.848 metros), del Lhotse (8.516 metros) y el Nuptse (7.861 metros), afirmó a EFE el general de brigada Sanjaya Deuja, director de la Campaña Himalaya Limpio-2024.
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La campaña, que finalizará el próximo 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, servirá también para recuperar al menos cinco cadáveres del Everest.