Llamada a la prudencia en el Aneto: zapatillas de correr, pantalones cortos y sin piolet

Los grupos de rescate de montaña de la Guardia Civil (GREIM) han auxiliado durante este largo fin de semana con un puente incluido -desde el viernes y hasta este martes- un total de quince excursionistas en el glaciar del Aneto, que con 3.404 metros es la cumbre más alta del Pirineo y uno de las más concurridas.

Debido a las circunstancias en las que se han producido estos rescates, los especialistas han decido hacer un llamamiento a la prudencia. Porque el perfil de los accidentados sigue un mismo patrón: "Gente que iba con zapatillas de correr, pantalones cortos, con crampones ligeros y sin piolets. Todo esto nos hace pensar que la gente que no sabe el material que tiene que utilizar ni dónde se está moviendo", ha explicado Jorge López, sargento del GREIM en Benasque.

A ello hay que sumar las malas condiciones del glaciar del Aneto, en parte a causa del calor de estos últimos días, y el hielo es muy duro, incluso fosilizado. Para atravesarlo hay que tener experiencia técnica y en el material adecuado, como el uso del piolet y crampones con bota específica de montaña.

Mal equipados y con poca experiencia, las consecuencias pueden ser fatales, advierte López: "Una caída de 50 metros puede suponer, además de las quemaduras, rasguños, heridas profundas y fuertes golpes en la cabeza. El glaciar ahora mismo está muy peligroso".

Los primeros dos rescates que hizo la Guardia Civil española fueron el viernes 13 de agosto. Eran dos excursionistas que se quedaron atrapados en el glaciar con lesiones leves.

Al día siguiente, ya se recibió un primer aviso a las 9 de la mañana. Era de un chico que había resbalado unos 100 metros por una pendiente helada y tenía varias contusiones. Se desplazó el helicóptero de la Unidad Aérea de Benasque, junto con un médico del 061.

Entonces, los agentes vieron que había muchos excursionistas en el glaciar. Este primer excursionista rescatado, un joven de 26 años de Vitoria, se fracturó un tobillo y sufrió varias rozaduras por todo el cuerpo debido a la caída. No llevaba el material necesario para atravesar el glaciar.

El segundo aviso del sábado fue a las once de la mañana. Había cuatro personas heridas de gravedad en el mismo glaciar. Quien dio la alerta fue un enfermero que estaba en la zona y que comunicó que los accidentados sangraban mucho debido a las heridas en todo el cuerpo y los golpes que se habían hecho contra las piedras.

Además, como estaban sobre el glaciar, comenzaban a tener hipotermia. En este caso, se volvió a activar el helicóptero junto con el médico para llegar hasta el lugar del accidente. Allí se hizo un triaje de los heridos y primero se evacuaron los dos más graves: un vecino de Segorbe, de 52 años, que fue trasladado al Hospital de Zaragoza con muchas rozaduras, contusiones, heridas abiertas e hipotermia, y un vecino de Puerto de Sagunto de 48, que tenía un corte profundo en la mano y otros en el resto del cuerpo.

Mientras los GREIM de Benasque, con la ayuda del helicóptero, recogían el material del accidente, observaron a dos personas que tenían dificultades para atravesar el glaciar. Vieron como perdían el control y resbalaban por la pendiente helada hasta que lograron detenerse. Se decidió evacuarlos antes de que no tuvieran algún accidente grave, dado que no llevaban el material adecuado para las condiciones del terreno. Eran un hombre y una mujer de 32 años, vecinos de Barcelona.

El último aviso del sábado en el Aneto fue a las tres y media de la tarde: un vecino de Lleida de 71 años que tenía vómitos y mareos en la cresta de la montaña. Fue rescatado y trasladado a Benasque.

El domingo fue tranquilo, pero el lunes a las doce del mediodía hubo un nuevo aviso de dos montañeros que habían caído por el glaciar y no podían continuar la marcha. Poco después, se informó al equipo que hacía el primer rescate de tres excursionistas más que estaban unos metros más arriba sin poder continuar.

La Guardia Civil alerta que hay que hacer un ejercicio de responsabilidad por la gran cantidad de medios que se tienen que movilizar, además de la carga de trabajo añadida que supone para un hospital -el de Benasque- presionado a causa de la pandemia.