La nieve y el hielo crean ciudades fantasma al borde del Círculo Polar
La ciudad minera de Vorkuta, en la República Autónoma de Komi de Rusia, está a 145 km del Círculo Polar Ártico. Fue un infame campo de trabajo con prisioneros obligados a extraer carbón desde la década de 1930 hasta 1960, pero se ha convertido en el destino preferido de muchos migrantes, gracias a los salarios y beneficios que ofrecen las empresas locales.
Este invierno, cuando el trabajo empezó a escasear y la ciudad alcanzó temperaturas de alrededor de -50 ° C por momentos, sus vecinos empezaron a abandonar el lugar.
Aquí no existen estaciones de primavera y otoño, pues el frío es tan extremo que incluso en los meses de calor, de junio a agosto, las temperaturas oscilan entre los -5 °C y los 11 °C.
Son pocos los que aún resisten y, a estas alturas, solo se identifican por las ventanas iluminadas de sus viviendas.
Durante el verano, los trabajadores migrantes regresan a la ciudad, pero con la llegada del invierno terminan abandonando la que se considera la ciudad más fría de Europa.
Hoy, por tanto, Vorkuta es una ciudad fantasma, vestida de blanco.
También pueblos enteros de los alrededores están quedando en el abandono, en este caso para siempre. Los vecinos dejan sus hogares y los venden a precios casi regalados para mudarse a otras ciudades o “al sur”, como llaman allí a las tierras al otro lado del círculo polar.
Algunos residentes explican que en las épocas invernales quedan aislados en sus casas, ya que las tormentas de nieve hacen intransitable la única carretera.
Los pueblos de Komsomolski y Vorgarosh se están quedando sin vida, como ya lo ha hecho la localidad de Rudnik y un cementerio de vehículos abandonados aledaño.
Las fotografías y videos tomados este invierno en todos estos enclaves revelan edificios cubiertos de hielo, con ventanas rotas, sin luz ni calefacción.
Las imágenes son surrealistas. Lámparas decoradas con escarcha, paredes heladas y capas de hielo saliendo de las habitaciones.
A lo largo del círculo, cuya extensión es de 54 kilómetros, se ubicaban ocho localidades, fundadas en las cercanías de minas de carbón. En diferentes épocas, en estas localidades residieron entre 5.000 y 20.000 personas, pero con el cierre de las fábricas metalúrgicas tras la disolución de la URSS, se convirtieron en urbes fantasmas. Hoy en día, en algunos pueblos viven solo una o dos familias.
Debido al éxodo de habitantes, en Vorkuta entró en vigor un programa llamado contracción manejada. Las autoridades reubican a los vecinos de los pueblos que están muriendo, ya que consideran que esta iniciativa librará a la ciudad de gastos adicionales.
