Camping y desarrollo rural: un modelo turístico que ya mueve 1.300 millones de euros
El camping ya no es solo una opción alternativa de vacaciones. Se ha convertido en una palanca económica esencial para la revitalización del medio rural en España.
Así lo refleja el último estudio elaborado por la consultora EY España, que cifra en más de 1.300 millones de euros anuales la facturación del sector. Un volumen que sitúa a los campings como actores clave en la dinamización de la llamada "España vaciada", no solo desde el turismo, sino también desde el impacto económico y laboral directo en zonas despobladas.
Según los datos recogidos por la Federación Española de Campings (FEEC), en 2024 más de 10 millones de personas optaron por esta forma de turismo en nuestro país, generando cerca de 50 millones de pernoctaciones. Comparado con hace una década, las cifras suponen un crecimiento del 52,5 % en número de viajeros y del 43,6 % en pernoctaciones, consolidando una tendencia al alza que se apoya en la búsqueda de experiencias más sostenibles, auténticas y en contacto con la naturaleza.
La plataforma Pitchup.com, líder en reservas de alojamientos al aire libre, confirma esta evolución: para 2025 ya se han registrado 114.000 pernoctaciones reservadas, con un incremento del 10 % respecto al mismo periodo del año anterior. Estos datos respaldan la transformación del camping en un modelo turístico con fuerte proyección de futuro.
Un modelo que multiplica el impacto local
Uno de los aspectos más destacados del estudio de EY es el modo en que se reparte el gasto del campista. De cada 100 euros gastados durante una estancia, aproximadamente 65 se quedan en negocios y servicios del entorno: bares, restaurantes, supermercados, tiendas de productos locales, alquileres de material, actividades, talleres de artesanía o estaciones de servicio. Esta economía circular favorece directamente a pequeñas localidades y comarcas rurales, muchas de ellas con un fuerte riesgo de despoblación.

La FEEC estima que una familia que pasa una semana de camping puede llegar a gastar unos 700 euros, de los cuales alrededor de 460 euros van directamente al entorno local. El propio Dan Yates, fundador de Pitchup.com, destaca que los usuarios que viajan en tienda de campaña tienden a generar un mayor gasto en el entorno que aquellos que viajan en caravana o autocaravana, al depender más de los servicios y productos locales.
Del turismo al emprendimiento rural
El impacto del camping va más allá del turismo. En muchas zonas rurales, propietarios de fincas agrícolas o ganaderas han comenzado a diversificar sus ingresos a través de proyectos de acampada, glamping o áreas de caravanas. Esta vía alternativa se ha convertido en una fuente de ingresos adicional para la industria agrícola y ganadera, al tiempo que fideliza a una clientela interesada en el contacto con la tierra, los productos de proximidad y la vida rural.
Actualmente, se estima que el sector genera cerca de 50.000 empleos directos e indirectos en España, según la FEEC. Además, las estancias medias se sitúan en 4,2 noches para turistas nacionales y 5,8 para extranjeros, lo que favorece una distribución del gasto más sostenida y desestacionalizada en el tiempo.
Una alternativa sostenible en auge

El auge del camping se inscribe en una tendencia global: la búsqueda de un turismo más sostenible, vinculado al respeto por el medio ambiente, la cultura local y el disfrute del patrimonio natural. Los campings, muchas veces ubicados en enclaves de gran valor paisajístico, permiten desarrollar este modelo de forma práctica y con una huella ambiental notablemente inferior a la de otras infraestructuras turísticas.
Las comunidades autónomas con mayor peso económico en el sector del camping son Catalunya (610 millones de euros), Comunidad Valenciana (210 millones), Andalucía (124 millones) y Galicia (73 millones), según datos recogidos en el informe.
El camping en España ya no es solo una opción económica o de nicho: es una herramienta estratégica para el desarrollo territorial, el empleo rural y la transición hacia un turismo más equilibrado y consciente. Y todo apunta a que su papel seguirá creciendo en los próximos años.