Altay mantiene viva una antigua tradición: la fabricación de esquís con piel de caballo
En las remotas montañas de Altai, en la región autónoma Uygur de Xinjiang, China, se mantiene viva una tradición única que resuena con el ritmo de las estaciones y el pulso de la naturaleza.
Los habitantes locales, en su mayoría pertenecientes al grupo étnico kazajo, han perfeccionado un arte antiguo transmitido de generación en generación: la fabricación de esquís caseros con madera y crin de caballo.
Estos esquís no son solo herramientas para desplazarse por la nieve, sino el sustento mismo de la comunidad, permitiendo a las personas moverse por los impresionantes paisajes nevados que los rodean.
Preservando una tradición ancestral
En el corazón de esta tradición se encuentra Slanbek Shahash, un artesano de 70 años de la prefectura de Altay en Xinjiang. Slanbek es un fabricante de esquís de cuarta generación, continuando el legado de su hijo, Juanbek.
Juntos, se erigen como los guardianes de este oficio único, enseñando a otros miembros de su comunidad el arte de la fabricación de esquís de piel de caballo.
Estos esquís, diseñados con un profundo conocimiento del terreno local, ofrecen velocidad al descender y fricción al ascender, convirtiéndolos en herramientas esenciales para la vida en las montañas de Altai.
¿La Cuna del esquí?
La tradición del esquí en Altay no es un fenómeno reciente. Pinturas rupestres en la cueva de Dundebrak sugieren que el esquí en Altay podría remontarse a más de 10.000 años atrás, marcando posiblemente esta región como el lugar de nacimiento del esquí.
Cada deslizamiento sobre la nieve con estos esquís de piel de caballo se convierte así en un viaje al pasado, un homenaje a una cultura ancestral y un testimonio de la extraordinaria adaptabilidad humana.
La artesanía de los esquís de piel de caballo
El proceso de creación de estos esquís es minucioso y consta de diez pasos que abarcan hasta 15 días.
Los materiales preferidos son la madera de pino rojo o abedul, y la piel de caballo procedente de las patas delanteras de caballos con más de tres años de edad.
Juanbek, antes taxista, regresó a su ciudad natal para seguir la tradición de su padre. Su dedicación al oficio ha convertido la fabricación de esquís en una importante fuente de ingresos para la familia.
Este invierno han recibido pedidos de 60 pares, cada uno vendido por más de 1.000 yuanes, además de crear recuerdos de esquí en miniatura para turistas.
Reconocimiento internacional
La técnica de fabricación de esquís de la familia Shahash obtuvo reconocimiento en la 7ª Exposición Internacional de la Industria del Hielo y la Nieve de Jilin.
Esta exposición ha desempeñado un papel crucial en la difusión del conocimiento sobre esta artesanía ancestral, asegurando que esta tradición única continúe floreciendo en el corazón de las majestuosas montañas de Altai.
Las montañas de Altay no solo albergan impresionantes paisajes nevados, sino que también sirven como hogar de una tradición milenaria, donde la fabricación de esquís de piel de caballo es más que una habilidad; es una conexión con la historia, la naturaleza y la resiliencia de la comunidad local.
